Cuando hablamos de plagas, los insectos son los más comunes en conjunto con los roedores. En definitiva, se convierten en una amenaza no solo para el espacio donde se encuentren, sino también para la salud. Ante ello, ameritan un abordaje especializado como es el caso del proceso de desinsectación.
La desinsectación es un procedimiento de eliminación de plagas muy poco conocido o explorado. Y, probablemente, quienes lo vieron realizarse alguna vez, no saben con exactitud que se llama de esa manera. Por tanto, hoy repasaremos qué es y cómo se realiza, al igual que otros aspectos esenciales.
¿De qué se trata la desinsectación?
Cuando hablamos de eliminar plagas, existen muchos procedimientos que poseen nombres propios. Entre tantos, la desinsectación es uno de ellos, siendo el método indispensable para erradicar insectos.
Por lo común, estas criaturas tienden a reproducirse rápidamente y generar colonias, así como también ocupar espacios delicados. A la larga, no nada más ocasionan daños materiales, sino que son potencialmente peligrosos para el ser humano.
La desinsectación es un modus operandi con el cual se utilizan tanto medios físicos, como químicos o incluso, medidas de saneamiento básico para hacer frente a una plaga de insectos. En conjunto con una estrategia profesional, es altamente probable acabar con el problema desde su raíz.
Adicionalmente, puede ser aplicada en el hogar o en la oficina, al igual que en agricultura, ganadería, entre otros escenarios. Todo dependerá de donde esté asentada la insectación y cuán grave sea como para solicitar ayuda experta.
¿Cómo se realiza la desinsectación?
Como es de imaginar, el proceso de desinsectación no se lleva a cabo por cualquiera, sino por quienes estén afiliados al mundo del control de plagas profesional. Los expertos en el tema son los que conocen las formas estratégicas de tener éxito.
Es importante recalcar que todo proceso de desinsectación requiere estar regulado por las normativas propias de cada país. Sobre todo, cuando se utilicen materiales químicos que puedan ser contraproducentes para la salud de las personas.
De allí en más, el siguiente paso es identificar la variedad o especies de insectos que se encuentren formando parte de la plaga. La razón radica en que, según esa conclusión, se aplicará una clase de implementos u otros para mayor efectividad.
Por otro lado, sirve para determinar si es una especie potencialmente mortal, peligrosa o dañina. Si ese es el escenario, entonces se desplegarán una serie de medidas más drásticas que complementarán a la deinsectación.
¿Cuántos tipos de desinsectación existen?
Tomando en cuenta lo planteado en párrafos anteriores, podemos resaltar hasta 4 tipos de desinsectación. Cada una de ellas actúa en pro del insecto encontrado o responsable de desencadenar la plaga:
- Pincelación: rocío tenue de insecticida específico para insectos.
- Pulverización: dispersión de gotas en aerosol en el aire, lo suficientemente penetrante como para calar en cualquier superficie.
- Nebulización: dispersión de aerosol puro en el ambiente.
- Geles de cebo: como su nombre lo indica, son trampas que atraen a los insectos y, dependiendo del material que contengan, causan su eliminación con rapidez.
Hoy por hoy, las plagas de insectos más comunes y sensibles a la desinsectación son las avispas, termitas, cucarachas, hormigas, moscas. Tampoco se deben dejar de lado los mosquitos, garrapatas, chinches y diversidad de arácnidos.
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